sábado, 12 de julio de 2008

OLORES


No soporto los olores, mejor dicho, los malos olores…..no sé por qué tengo una nariz privilegiada( aparte de grande) que me permite distinguir entre un montón de olores, recordarlos y reconocer a sus poseedores sin necesidad de verlos. Creo que puede deberse a mi manía de no llevar gafas ni lentillas por la calle, durante años, siendo como soy, muy miope, con lo que reconocía a mis amigos por la forma de andar, la silueta y al tenerlos a una distancia media, por el olor.

Todo este rollazo, viene a colación de que en la oficina hemos recibido la visita de uno de los Representantes en Portugal, y el caballero, que no es, ni mucho menos, la alegría de la huerta, encima está coronado por una halitosis galopante que llegaba antes que él….afortunadamente, durante esta visita, apenas me ha dirigido la palabra. Gracias a Dios, ni yo soy santo de su devoción ni él lo es mío.

Me encanta el Verano en la playa, el mar, la sensación de no pesar que tengo cuando floto en el mar, pero no aguanto los modelitos playeros, las bermudas de flores imposibles, los tirantes de sujetador de plástico transparente, ni por supuesto los olores que algunos/as desprenden. Soy fan absoluta del agua y el jabón, por eso no me imagino viviendo en otro momento de la Historia en la que no tuviera a mano, un grifo con agua corriente.

Si pensáis en cualquier peli de esas de época, de palacios increíbles, con caballeros andantes, cenas copiosas y normalmente damiselas en apuros con vestidos suntuosos, recordareis que en las escenas de comidas pantagruélicas siempre aparece algún criado abanicando a los señores y eso no era porque el cambio climático hubiera empezado ya, si no porque quizá en ese salón hubiera 70 personas que no habían visto el agua desde el día de su bautizo y los criados abanicaban para disipar el olor, ya que por ejemplo, los vestidos de las mujeres, estaban hechos para que no se los cambiaran en meses y pudieran contener los olores íntimos, con lo que a los dos meses de llevarlo, acercarse a una mujer debía ser una tarea de alto riesgo, eso, junto a los corsés apretados, explicaría por qué había tantos desmayos.

Por otra parte, la costumbre de hacer de Mayo el mes de las novias, es porque el primer baño del año se hacía en Primavera, y se aprovechaba para celebrar la boda en ese momento en el que todo el mundo estaba un poco limpio. La costumbre del Ramo en la novia, también viene del hecho de que necesitaban disimular el olor de los novios.

De eso hace un montón de tiempo, pero para algunos, las costumbres parecen no haber cambiado y de vez en cuando aparece algún personaje escapado del túnel del tiempo, que más que un abanico para repartir el olor, lo que debería llevar es una escafandra para quedárselo para él solo.

Salud

3 que no se callan:

Ellyllon dijo...

Lo que se aprende contigo jamía!

Y lo del olor es cierto. Yo tampoco aguanto los malos olores. ¿No se olerán a ellos mismos? O llevan tantos años conviviendo con su aroma que ya ni se lo huelen?

Un besazo guapísima!
Elly

Eris dijo...

Ay no me hables, que esto lo escribí y después fuí al Cacafull a comprar unas cosillas....y en fin, que momento. Entre que aquello parecía Marrakech, con todas las señoras veladas hasta los ojos( señor, que olores!!), los modelitos de los caballeros me llegaron al alma, camisetas sobaqueras, bermudas de colorines, chancletas que dejaban ver dedos que parecían percebes....en fin, que ha llegado la hora de la moda del mal gusto, nos queda aguantar.

Un beso guapi

Cruela DeVal dijo...

Todas verdades como puños, aunque no sabía lo de mayo....
Pero es cierto que en la edad media los olores debían de ser lo más insoportables que te podías echar en cara....
y no tengo mucho olfato gracias a dios eso me permitió aguantar el metro de madrid
Besos

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